La celebración de la Epifanía del Señor es una festividad cristiana que conmemora un evento relevante en la historia religiosa. Se lleva a cabo el 6 de enero en las Iglesias occidentales, doce días después de la Navidad según el calendario gregoriano. Mientras que en las Iglesias orientales, se celebra el 19 de enero, doce días después del 7 de enero, conforme al calendario juliano.
En el Martirologio Romano, la Solemnidad de la Epifanía del Señor se honra como la triple manifestación de Jesucristo, nuestro gran Dios y Señor: en Belén, Jesús niño fue adorado por los magos; en el Jordán, fue bautizado por Juan, ungido por el Espíritu Santo y llamado Hijo de Dios Padre; en Caná de Galilea, durante una fiesta de bodas, transformó el agua en vino nuevo, manifestando su gloria.
Resulta interesante observar cómo la Epifanía ha tenido diversas interpretaciones y evoluciones en su significado a lo largo de los siglos dentro de la tradición cristiana. El hecho de que inicialmente se asociara la Epifanía con cualquier manifestación divina de Jesús, como milagros y curaciones, resulta fascinante. La representación de la divinidad de Jesús mediante eventos como la adoración de los Magos en Belén, su bautismo en el Jordán y su primer milagro en las bodas de Caná, ofrece una amplia perspectiva sobre el concepto de revelación divina.
La visión gnóstica del bautismo de Jesús como un momento crucial en la encarnación de Cristo, en lugar del nacimiento de la Virgen María, resalta las diversas interpretaciones dentro de las comunidades cristianas en el pasado. La festividad de la Epifanía, despojada de elementos gnósticos, se difundió tanto en la Iglesia Oriental como en la Occidental en los siglos IV y V.
La historia de los Reyes Magos y la búsqueda del nuevo Rey
La palabra "Epifanía" tiene su origen en el griego antiguo y significa "manifestación" o "aparición" de una divinidad. En la tradición católica, esta festividad representa la manifestación de Jesucristo al mundo, principalmente a través de la adoración de los Reyes Magos.
Según el Evangelio de Mateo, los tres Reyes Magos eran astrólogos que observaron la aparición de una nueva estrella y decidieron seguir su trayectoria para encontrar al nuevo Rey. En aquel tiempo, la creencia común sugería que el nacimiento de un nuevo soberano sería anunciado por una estrella en el cielo. Al llegar a Jerusalén, los Reyes Magos se presentaron ante Herodes, el rey de Judea bajo el dominio romano, y le preguntaron acerca del lugar de nacimiento del nuevo Rey, dado que habían visto aparecer la estrella. Herodes, temiendo perder su reino, una vez informado sobre el lugar de nacimiento del Mesías, les indicó a los tres Reyes Magos que Belén de Judea era el lugar, pidiéndoles que le informaran el lugar exacto "para que él también pudiera adorarlo" (Mateo 2,1-8).
Los Reyes Magos lograron identificar el sitio exacto y llevaron tres regalos preciosos a Jesús niño: oro, incienso y mirra. Advertidos en un sueño de no regresar a Herodes, decidieron volver a su tierra por otro camino (Mateo 2,9-11). Después de descubrir el engaño, Herodes se enojó y ordenó la terrible Matanza de los Inocentes, dando la orden de matar a todos los niños menores de dos años en Belén (Mateo 2,16-18). Sin embargo, José fue advertido en un sueño y logró poner a su familia a salvo huyendo a Egipto (Mateo 2,13-14).
Los regalos de los Tres Reyes Magos
Los regalos entregados por los Reyes Magos poseen significados simbólicos profundos, representando un tributo ofrecido a Jesús en reconocimiento a su papel como salvador de la historia.
El oro, presentado por Melchor, el más anciano de los tres, simboliza la realeza de Jesús. Este metal precioso es reservado para los reyes, y Jesús es considerado el Rey de Reyes.
El incienso, ofrecido por Gaspar, el Magi más joven, representa su sacerdocio divino y enfatiza el reconocimiento de su divinidad.
La mirra, entregada por Baltasar, el Mago de piel oscura, comúnmente usada en la preparación de cuerpos para el entierro, prefigura su encuentro con la muerte terrenal.
El gesto de los Reyes Magos al rendir homenaje al Rey del Universo en el modesto pesebre revela un significado profundo, especialmente porque no procedían de la comunidad que aguardaba al Mesías, sino que representaban a aquellos que no estaban conscientes de la posibilidad de que Dios se manifestara a los hombres.
Significado espiritual
La Epifanía del Señor no solo conmemora el encuentro de los Magos con Jesús, sino que simboliza la revelación de la divinidad de Cristo al mundo entero, incluyendo al mundo pagano. Este momento resalta la universalidad del mensaje de Jesús y su misión de llevar amor, esperanza y salvación a todas las personas, independientemente de su origen o cultura.
Las tradiciones en todo el mundo
Las tradiciones en todo el mundo en torno a la Epifanía varían enormemente según el país. En Italia, por ejemplo, esta festividad es reconocida tanto civil como religiosamente. Similarmente, países como Austria, Francia, Croacia, Islandia, Finlandia, así como diversas regiones de Alemania, Grecia, Eslovaquia, España, Suecia y algunos cantones suizos celebran este evento. Además, se festeja en Rumania, Rusia, República Dominicana, Polonia, Puerto Rico, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, pero no se llevan a cabo celebraciones en Estados Unidos.
En Italia, destaca la tradición de la Befana, una anciana que entrega regalos a los niños durante la noche de la Epifanía. Según la leyenda, la Befana se negó a acompañar a los Tres Reyes Magos hacia Belén, pero luego se arrepintió y comenzó a obsequiar dulces, esperando encontrarse con ellos y con el Niño Jesús.
En España, los Reyes Magos llevan los regalos sobre camellos. Las ciudades españolas suelen organizar desfiles, conocidos como "la cabalgata de los Reyes Magos", la noche del 5 de enero.
En Francia, se celebra el día de los Tres Reyes el 6 de enero. Previamente, se prepara la "Galette des Rois", un pastel con una haba escondida. Quien encuentre la haba en su porción se convierte en Rey por un día.
En Alemania, el 6 de enero es una festividad oficial con actividades religiosas y filantrópicas. Los jóvenes se disfrazan de Reyes Magos, recorren los vecindarios cantando canciones típicas y recaudan donaciones para niños necesitados.
En Islandia, la Epifanía es llamada "el decimotercer día", y los Yule Lads, trece duendes, juegan y dejan dulces a los niños entre Navidad y la Epifanía.
En Rumania, los niños tocan puertas vecinas narrando historias a cambio de monedas y frutos secos el día de la Epifanía.
En Rusia, el día de la Epifanía coincide con la Navidad ortodoxa. Los niños esperan regalos de Babushka, una amable anciana.
En México, se celebra el día de los Reyes Magos con la "Rosca de Reyes", un pan dulce con una figura de Jesús Niño. Encontrar esta figura promete un año afortunado.
La Epifanía, con sus diversas tradiciones en distintos países, conmemora la manifestación de Jesucristo al mundo. A través de ritos y costumbres únicos, se resalta el mensaje universal de amor, esperanza y solidaridad. Las diferentes interpretaciones y las historias asociadas añaden encanto y profundidad a un evento que, con matices distintos, une a las personas en el reconocimiento de su valor espiritual y social, a lo largo de los siglos.